Llegan las elecciones generales. Unas elecciones en las que cada uno plantea su propio pulso. Para unos se trata de elegir entre Rajoy y Zapatero. Para otros demostrar que una alternativa de izquierda es viable y necesaria. Otros plantean la importancia de que sus grupos, lo que en Madrid llaman los nacionalismos periféricos, tengan su representación para mejor defender sus aspiraciones. Para algunos es prácticamente una cuestión de supervivencia, para otros, es una fiesta de la que les han echado y para muchos es, como muchas elecciones, algo que ni les va ni les viene.
En el enclave también deberíamos plantear nuestro propio pulso. De todos los anteriores, a unos no les podemos votar, no nos dejan, y a otros, siendo sinceros viene a dar igual. somos tan pocos que aunque todos nos pusiéramos de acuerdo no cambaríamos el mapa electoral de Burgos. Así pues, tenemos la ocasión de defender nuestra identidad y nuestra aspiración y hacerlo además de forma democrática, respetuosa con la pluralidad pero firme en nuestra aspiración de votar cada uno con nuestra papeleta en una circunscripción alavesa.
Son varias las fórmulas que tenemos para hacerlo. Pero lo más importante es nuestra voluntad de sacarlo adelante. Todos, de izquierdas o de derechas, regionalistas, foralistas, nacionalistas independentistas o republicanos, todos tenemos derecho a ser escuchados.
Pero en estas elecciones no debemos confundirnos de papel. Nuestro papel tiene que ser alavés.
martes, 26 de febrero de 2008
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